Saturday, October 5, 2013

¿Qué es más importante Creer o Saber?

 
Este un viejo conflicto en  el cual el ser humano se ha debatido entre siglos, tanto a nivel personal como escolástico. A pesar del conocimiento alcanzado todavía el hombre sigue sin entender su origen y su final. Todo lo que puede surgir de estas áreas oscuras parte de un conocimiento basado fundamentalmente en la Fe.  
En la misma medida que los problemas acuden, la Fe empieza a fallar. Aquí es cuando el ser humano hace una serie de análisis para ver qué es lo que le ha estado fallando y poder recomenzar con una nueva táctica. Pero cada vez que el hombre quiere razonar, en ese preciso momento está atacando la Fe. Cada vez que el hombre apela a la Fe, la razón entonces no tiene lugar.
Quiero llevar esta discusión conmigo mismo fuera de cualquier ámbito religioso, de cualquier fanatismo esotérico o científico porque al final, tanto usted como yo estaremos en el mismo lugar de cuando empezamos.

Descartes necesitó dudar  de todo para después creer. Dicho de otro modo, tuvo que dudar para darse cuenta de algo extremadamente simple: pensaba. (Cogito Ergo=Pienso, luego existo)
La Fe puede darnos mucho y el conocimiento otro tanto, pero el problema surge cuando fundimos las dos cosas.
Voy a recorrer y dar algunas pocas anécdotas para ilustrar este pequeño recorrido por la Fe y el Conocimiento.
Personalmente he visto gente sin un gran conocimiento lograr hazañas que requerirían un nivel de entendimiento abundante en leyes y cálculos y estoy casi convencido de que sin la Fe no la hubieran conseguido. Cuando esas personas, conozco más de una, alcanzó finalmente un conocimiento la magia de la Fe se le vino abajo.
Algunos científicos quieren hacer ver como que estamos programados con cierto software que no nos permite irnos fuera de esa programación. La realidad es que los objetos materiales que conocemos son mucho más espacio que masa. Todos los llamados objetos sólidos son 2% materia sólida y 98% aire. Bajo ese presupuesto pudiéramos pasar nuestra mano a través de un objeto supuestamente sólido, sin embargo no podemos.
La Biblia nos dice que Jesús caminó sobre el agua y de seguro, bajo este principio nosotros pudiéramos hacer lo mismo si tuviéramos la creencia de que lo podemos hacer. En otras palabras, si nos vamos fuera del programa o software en el cual estamos enmarcados las cosas que pudiéramos realizar estarían en el campo de lo que hoy llamamos fantástico.
El líder espiritual Rebbe Nachmen dijo “…las situaciones pueden pasar de lo peor a lo mejor en un abrir y cerrar de ojos”. Estoy seguro que usted cree lo mismo que yo. ¿Cuál es el base de este enunciado? ¿Es el Conocimiento? ¿Es la Fe?
Por ese mismo camino un prestigioso motivador como John Maxwell proclama que convertimos a la gente según lo que pensamos de ellos.

La física cuántica plantea que nuestro universo tiene muchas variables y que el observador determina en cuanto a ellas. Quiere decir que en dependencia de lo que observemos esa será nuestra realidad. O sea, no pensamos en lo que vemos, sino vemos lo que pensamos.

En mis tiempos universitarios había una asignatura que no era opcional: Marxismo. Tuve que estudiarlo a pesar de que existen muchas otras corrientes que han rebasado sus principios. El Marxismo dice que la realidad existe independientemente que pensemos o no, que existamos o no. Pero en el mundo del Quantum, del cual existen ciertos experimentos muy interesantes, como el de la doble rendija, el observador determina su realidad. Por ello, sin observador no habría realidad.

Hay una anécdota atribuida a un pensador antiguo donde un muchacho quería saber de un anciano cómo obtener riqueza. El anciano lo montó un pequeño barco, lo llevó algo lejos de la orilla, lo tiró al agua y le zambulló la cabeza firmemente para que no pudiera emerger. Sólo le daba espacio de tarde en tarde para que pudiera salir y tomar un poco de aire. El muchacho ya no le interesaba el conocimiento de cómo obtener riqueza, solamente quería sobrevivir, deshacerse del ese viejo loco. Cuando finalmente logró subirse a la embarcación, el anciano le pregunta:¿qué es lo que más deseabas cuando estuviste sumergido?  El muchacho contestó: respirar. Entonces el viejo resumió: Cuando lo que tú desees en la vida, lo desees con la misma fuerza con que querías respirar, lo vas a tener.
Hasta la sabiduría antigua nos mantiene en la creencia de que podemos lograr nuestras metas por la vía de la Fe. Ese sería el gran secreto del éxito, oculto en donde menos nos podemos imaginar: nuestra mente.
He visto a muchos predicadores debatirse con personas para buscarle un razonamiento a las escrituras sagradas. La realidad es que la Biblia, razonada no aguanta los embates a su revisión en la historia.  Sin embargo la Fe es otra cosa, es algo que si lo va a explicar no va a encontrar cómo.
Si de escuela se trata, antiguamente la Fe y la Razón se enmarcaban en Teología y Filosofia,

Según Santo Tomas de Aquino Dios no es algo, es decir no es un ente, sino un Acto puro de ser, por ello cuando en el Exodo Moisés le pregunta a Dios su nombre este dice: Yahweh (Yo soy). 
Pero en la antiguedad la dualidad entre Creer y Saber iba por otro camino.  Platón, Demócrito y Aristóteles creían en un poder divino. Después el mundo da un cambio con el surgimiento de Cristo. Esta controversia no maduró sino hasta el Renacimiento con Maquiavelo, Erasmo de Roterdam, Giordano Bruno y Montaigne y con aquellos que pusieron su ciencia por delante como Copérnico, Bacon, Galileo y Newton para culminar con Descartes.


René Descartes para mi tiene un gran significado en tanto que buscó llevar la contradicción en cuestión a un punto filosófico y estableció para ello el llamado Discurso del Método, bueno, un título mucho más largo resumido en estas tres palabras. 
Lo interesante con Descartes, y es bueno hacer historia, es que trata de cambiar el razonamiento en tanto sus limitaciones para llegar con él a la Verdad, pero termina finalmente en un punto ciego y tiene que apelar entonces a Dios para explicar lo que no puede explicar con su razón.
Descartes, en resumen, pone en duda todos lo aprendido porque quiere establecer un nuevo conocimiento y cuando se adentra en su nuevo método se da cuenta que estas bases son tan inseguras como aquellas que criticaba. 
No quiero aburrirlos ni adentrarme más con mis limitados conocimientos filosóficos y dar pie a esos eruditos que pululan por ahí para que destrocen el fundamento de mi ligero análisis entre el creer y el saber.  
El conocimiento es ilimitado, mientras más se aprende hay más necesidad por aprender. La fe, sin embargo, es más simple, pero para el que dice que sabe puede ser una herramienta para no adentrarse en el conocimiento. 
Por ello todos caemos en la misma trampa: Razonar con Fe.

Si quiere más información acerca de este u otro tema le recomiendo suscribirse GRATIS al Boletín Biblioteca Dinero Online. Con su suscripción puede bajar de inmediatola Guía de Negocios desde la Casa. Escriba su opinión o sugerencia de tema en los comemtarios al final de la página.